domingo, 15 de junio de 2008

Muerte en el molino

Ramírez de Arellano menciona en su libro Paseos por Córdoba las industrias que desde antiguo poblaban la avenida de la Ollerías. Entre ellas se encontraban “algunos molinos de aceitunas”. En uno de ellos, perteneciente a D. Andrés de la Cerda y Córdoba, tuvo lugar un episodio, que entre la historia y la leyenda, Arellano recoje del libro Casos notables de la ciudad de Córdoba (¿1618?).

Un joven entabló relaciones con la mujer de un aceitero del barrio de Santa Marina y una noche concertaron una cita en el campo, donde cenarían. El mozo pidió dinero y comida a su madre viuda, a lo que ella se negó a causa de su pobreza. Se entabló entonces una discusión en la que el joven insultó, pegó y robó a la autora de sus días. Tras ello la madre, hincándose de rodillas, pidió venganza al cielo.

El joven y su amante salieron por la Puerta del Colodro al campo y en sus cercanías encontraron un portillo abierto en uno de los molinos de aceite. Allí cenaron, pero, cuando estaban dando rienda suelta a sus deseos, se les cayó encima una pared que los mató en el acto.

Cuando a la mañana siguiente se avisó del suceso, se quitaron los escombros descubriendo los cadáveres en actitud inequívoca. Mucho lloró la arrepentida madre que contó lo ocurrido con su hijo. El hecho fue considerado providencial por muchos y usado como ejemplo por algunos predicadores.

1 comentario:

Luisa dijo...

¡Dios nos salve..!!!
Estoy segura de que este bello barrio también tiene cuentos, leyendas e historietas más agradables.
Un Saludo.