Premio para el patio de Marroquíes 6

Nuevamente ha sido premiado el patio de la calle Marroquíes número 6 de nuestro barrio. En esta ocasión (2008) ha recibido el 2º galardón en la categoría de Arquitectura Antigua. Lo que supone 3.006 €. de premio, cantidad que no está mal pero que de ninguna manera puede compensar el esfuerzo que sus vecinos deben realizar durante todo el año para mantener decenas de macetas. O el mantenimiento de ese amplio y diverso inmueble justamente calificado de "casa patio" por las calles y dependencias que alberga.

Ríos de gente recorren estos días Marroquíes 6 disfrutando de sus emparrados de buganvillas, los lavaderos comunitarios o sus antiguas cocinas. Una explosión de colores blancos, añiles o rojos de paramentos, puertas y ventanas púlcramente cuidados por sus habitantes; explosión también debida a sus plantas, que igualmente nos regalan variados aromas: yerbabuena, claveles, albahaca...

Hasta el domingo 18 de mayo estará abierto, por lo que animamos a cordobeses y foráneos a que no dejen de visitar este lugar: disfrutarán de un privilegio estético, pero también del resultado de formas de relación y convivencia -formas de vida- que desgraciadamente corren el peligro de desaparecer.

Basuras

Se nos quejaba Conchita el otro día con razón de la basura que se acumula alrededor de los contenedores que tiene junto a su puerta, exactamente enfrente de la fuente de la Piedra Escrita. No se respetan los horarios y el problema además de sanitario se convierte en estético en muchas de nuestras calles. Sobre todo estos días que miles de turistas pasean por nuestras calles en busca de cruces o patios. Y no solo es Conchita quien señala el problema, pues son muchos los vecinos que se quejan frecuentemente del asunto.

Era un problema este de los contenedores que debía haberse acometido hace años; máxime en una ciudad que aspira a ser Ciudad Europea de la Cultura. Sobre todo en zonas del casco histórico, como es el caso del barrio de Santa Marina.

De todas formas, y mientras no se soterren estos contenedores, se echa de menos más colaboración de una parte del vecindario y de algunos usuarios externos (obras, etc.) que a veces no respetan horarios u otras normas. Pero sobre todo se echa en falta una enérgica actuación del propio Ayuntamiento, al que este problema parece resbalarle.

El estanco de la Piedra Escrita

El estanco es uno de los establecimientos más antiguos del barrio. Se encuentra en la calle Obipso López Criado esquina a Moriscos. Se lo concedieron a su primera titular, Carmen, cuando su marido volvió maltrecho de la Guerra de Cuba, que terminó en 1898.

Conchita, propietaria actual, nos cuenta la historia completa: Carmen lo dejó en herencia a una sobrina llamada Consuelo, quién comenzó a ayudarla en el estanco con 17 años. Consuelo, lo dejó en herencia a su hijo, el difunto marido de Conchita y de ésta pasará a su hija Inma. Cinco generaciones, más de un siglo, con mayoría de mujeres al frente del estanco. Como curiosidad Inma nos informa de que Consuelo, su abuela, era muy conocida como La Virgen de Fátima por su belleza.

Conchita confiesa que en los tiempos duros han vendido casi de todo: desde soplillos hasta alpargatas, además del tabaco. Ahora corren tiempos mejores y pueden vender prensa. Solo se queja de los contenedores de basura que tiene junto a su puerta y que verdaderamente son un problema sanitario y también estético. Lo que más le gusta del barrio es la gente, que en sus propias palabras es buena y tratable.

José Manuel Velasco en A_ROJO

Se ha inaugurado una nueva exposición en el Espacio A_rojo. En este caso se trata del artista José Manuel Velasco. La muestra lleva por título Rupturas. Rupturas plásticas visibles en cada obra que se corresponden con rupturas humanas; traumas ocasionados con el paso de una situación a otra, de un lugar a otro, como las que experimentan quienes viajan de África a Europa buscando otro futuro; porque ningún cambio sale gratis.....

Y los cuadros de José Manuel reflejan perfectamente esa ruptura. Cuadros de pequeño y gran tamaño cuyos colores y explosiones gráficas expresan (nos parece) la tensión, el dolor y, sin embargo, la esperanza y la alegría de todo ese salto al vacío.

José Manuel Velasco es un cordobés que vivió cerca de nuestro barrio. Se licenció en Bellas Artes por la Universidad de Granada y ahora su vida transcurre entre Madrid y Málaga. Ha expuesto, entre otros lugares, en Madrid, La Habana, El Cairo, Miami, Chauvigny, Lisboa.....

La presencia en Córdoba de su exposición responde al expreso deseo de su autor por apoyar los espacios culturales como A_rojo y forma parte de una muestra que la está llevando por importantes ciudades españolas.

La relojería

La relojería F. Ruiz está ubicada en la calle Mayor de Santa Marina, haciendo esquina con la calle Alarcón López. Un pequeño local cuadrado con relojes antiguos y modernos, pequeños y grandes, colgados de sus paredes o visibles en sus expositores. Y el banco de trabajo de Francisco Ruiz, su propietario, que nos atiende pertrechado con el monóculo o lupa, herramienta básica en su profesión.

Nos cuenta que lleva aquí establecido cuarenta años y que el negocio se ha adaptado bien al fuerte cambio tecnológico que fue desde los relojes mecánicos a los electrónicos. Francisco no vive en el barrio, ni le gusta que le echemos fotos, pero nos habla con entusiasmo de cómo era. De las casas de vecinos, de la casa de paso de la calle Chaparro, de la churrería desmontable que hubo en la esquina con la calle Marroquíes, de la apertura de la calle Alarcón López en el solar que ocupaban estas bodegas...

Echa de menos la "vecindad", la familiaridad que antaño se respiraba en el barrio, cuando sus gentes convivían en casas vecinales cuyos patios eran lugar de encuentro y relación para niños y adultos, hoy todos recluidos en sus espacios particulares. También echa de manos la tranquilidad y el "tipismo" de este barrio caracterizado antaño por el trajín de toreros y piconeros.

Calle Imágenes (¡lluvia ven!)

Como viene ocurriendo desde hace unos años la calle Imágenes se une al vistoso mayo cordobés llenándose de imaginación y color reivindicativos. En esta ocasión el tema es el agua, ese bien tan necesario que con tanta frecuencia no sabemos valorar. El cielo de la calle se ha llenado de paraguas decorados de variopintos colores. Como una invocación a esa lluvia que últimamente se resiste a caer. Tan necesaria.

Salteados, algunos artísticos carteles nos aconsejan sobre el uso racional del líquido de la vida. Una iniciativa vecinal admirable que también tiene como objetivo recuperar la colaboración y la convivencia de los habitantes de esta zona.

Un paseo más que recomendable al que auguramos mucho futuro. Para quien le resulte imposible hacerlo queda la posibilidad de verlo en la web de la Calle Imágenes.